No hemos podido venir en el puente del Rosario, por lo que nos encontramos la caravana después de dejarla quince días a merced de las inclemencias. Pasada las famosas alertas rojas, tenemos ante nosotros lo que puede ser el último fin de semana semi-veraniego del año 2010.
Como Inma no trabajaba el sábado, nos hemos venido para pasar, el 15-16-17 de octubre, con la idea de volver a montar el avance y dejar la caravana hasta final de mes. Inicialmente, lo que queríamos era montar rápido para ir a dar un paseo, PERO...
Ya os comentamos que en la última salida hemos tenido que desmontar a prisa y corriendo. Esta caravana nueva CARAVELAIR ANTARES 426, tiene un maletero en la parte trasera, por lo que he ido metiendo las cosas allí, por lo que se ve, dentro del saco de piñas iba algo más que eso...
Bueno, llegamos al camping, muy rápido, al no llevar caravana, el camping estaba precioso, todo recogido, ya no había ramas, ni el aspecto con que lo habíamos dejado el fin de semana pasado. Se ve que Antonio trabajó de lo lindo.
Al abrir la caravana, empezamos a vaciar el maletero y dejar las cosas fuera, para iniciar el montaje del avance. Una vez montado, como suele se habitual, Inma coloca las cosas de dentro. En esto me llama y me dice que dentro, en el suelo hay pequeñas bolitas (parecen cagadas), y que parecen de un animal. Yo le digo que no, que no son.
Pero...
Cuando está levantando el colchón, en el cajón que hay debajo, ve lo que ya se temía...¡¡¡UN RATONCILLO¡¡¡, bueno no sé si os lo imagináis, pero ella me llama yo corro y busco algo para agarrarlo y entre esas, el ratoncillo se escapa...
Empezamos la busqueda y captura del roedor, sacamos todo, movemos todo, levantamos todo, en fin nada de nada y por lo tanto suponemos que se ha marchado por donde ha venido, ya que pensabamos que se había colado por algún agujero, no en el saco de piñas.
Montamos todo y antes de que se marche el sol, nos fuimos a la busqueda de setas, por el camping, al lado del estadio, etc...
Depués de cenar, como por arte de magia, aparecieron Zé y familia, que por sorpresa decidieron venir. Montaron lo mínimo, ya que sólo venía a pasar la noche del viernes y el sábado.
Con la aparición del ratón, decidimos vaciar la caravana por la mañana, por lo que fue operación limpieza total, lo que nos llevó un buen tiempo. Por si volvía, le pedía a André, veneno o algo de lo que usa en los bungalow para matarlos. Me dió dos bolsitas y las colocamos en los dos laterales de la caravana, al lado del baño y de la nevera. Zona donde los niños no llegan.
El tiempo fenomenal, hacía tanto sol que buscar un sitio para comer era complicado, por que al final nos colocamos delante de las caravanas.
Después de pasar un sábado estupendo, Zé y familia se fueron y nos quedamos sólos, y cuando decimos sólos no simbólico, ya que el camping esta casi vacio a pesar del buen tiempo que hacía.
Bueno teníamos una jovencísima chica holandesa como vecina, que se vino con un Land Rover, del año catapun, y así como vino, se marchó, no dijo ni mu.
Cenamos perritos viendo una película de Pinocho 3000. Nos fuimos a la cama todos a leer, lo cual estuvo muy bien.
El Domingo tan bonito como el sábado. No había ni una nube, fuimos a comprar y comimos mirando para el rio Miño, y para donde algún día iremos de paseo (Monte Santa Tecla). Pasamos la tarde jugando al futbol, paseando, y nos marchamos de caminha ya cuando la noche se dejaba ver.
Antes debo deciron comprobamos que nuestro ratoncito, ya había comido el famoso veneno de André, por lo que sacamos dos conclusiones, primera que no se había marchado como habíamos supuesto la primera vez y segundo, al pobre le quedaba poco tiempo de vida.
La duda ahora es donde se morirá, cuántos se morirán, si antes de morir nos va a hacer alguna travesura, en fin, volvemos el próximo fin de semana, ya os contaremos.
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